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TODO A PULMÓN

Lo de Telma y eso

Imaginaos por un momento que, de la noche a la mañana, a vuestro hermano/-a no se le ocurre otra cosa que ligarse a un príncipe / princesa de cuento y se convierte en la noticia no ya del año, sino del siglo. Y luego se casan en La Almudena y todo eso, convirtiéndose oficialmente en príncipe / princesa consorte con todo el boato y la fanfarria propias del cargo, claro.

 

Antes de la boda ya salís en todos los reportajes como hermano/-a de la novia y se dan los primeros detalles de vuestra vida: que si estáis casados, divorciados o solteros, que si trabajáis en tal o cual sitio, etcétera. El día del enlace asistís, naturalmente, y todo el mundo se fija en el peinado, vestido, zapatos y complementos elegidos para la ocasión, merced a las fotos que aparecen en todas las revistas. Hasta aquí llegaría lo que podría considerarse como “normal” en un mundo “normal”.

 

Y supongo que en ese papel uno piensa que vale, ya está, ya ha pasado el bodorrio y me dejarán tranquilo. Pero lejos de acabar te conviertes, sin haberlo buscado, en otro personaje del llamado “papel couché”, o “prensa rosa”. Y ahí tienes a las puertas de tu casa, día y noche, a un puñado moscas cojoneras (me niego a llamarles periodistas) dispuestos a contarle al orbe entero tus circunstancias más íntimas y personales: la hora a la que entras y sales y con quién, si tienes las macetas del balcón chuchurrías de no regarlas o si te hurgas la nariz en los semáforos; cuestiones todas ellas que, evidentemente, son de interés general y sin cuyo conocimiento resulta imposible conciliar el sueño a la población toda. Y todo, como digo, sin comerlo ni beberlo, gracias a una maldita casualidad.

 

Por eso, aunque no suelo seguir los temas del corazón, me llamó la atención el asunto de Telma y su dimensión jurídica. Y debo decir que me ha decepcionado el fallo judicial, aunque sólo conozco del mismo lo que ha trascendido en la prensa. Me parece injusto que, por el mero parentesco, por muy próximo que sea, uno tenga que cargar con las hipotecas que no ha firmado y con el muerto que no ha matado. Y tener que aguantar cuando sales a comprar el pan a un/-a gilipollas micrófono en mano preguntando “Telma, ¿qué vas a poner de comer hoy?, ¿con quién te has acostado esta noche?”. Poneos en su lugar.

6 comentarios

AlaDelta_ -

Querido elmenda. No, no era misionera, en realidad esta mujer era cooperante en Filipinas y más sitios que ahora no recuerdo. Dejó su trabajo porque quería que su hija naciera en España. Actualmente ella y su marido, se encuentran en el paro, lo que me lleva a preguntarme cómo pagarán las costas del juicio que ascienden a 50.000 euros. Tirará entonces de persona "cercana" a la Casa Real? Utilizará sus "privilegios"? No sé, tiempo al tiempo.
(Cómo me gustan estos temas en los que no estamos todos de acuerdo, me encanta debatir.. :PP)
Besazos gordos.

el menda -

Querida marienn, lo de la opción de modificar no tengo ni idea, será cosa de blogia.

En todo lo demás estoy de acuerdo con casi todo lo argüído por unas y otras, excepto en lo de las misiones (por cierto, ¿es que era o es misionera?) dicho por Aladelta. ¿Por qué tiene que marcharse del país? ¿Por ser hermana de Letizia? Me recuerda los exilios de algunos ciudadanos vascos.

Otra cosa que me ha llamado la atención en todo este asunto es la manifiesta celeridad con la que se ha pronunciado el juez o jueza: ¡al día siguiente del juicio!. Si para todo se dieran la misma prisa otro gallo nos cantara.

En todo caso a mis veneradas contertulias, gracias mil por vuestra inestimable participación

marienn -

¿Por qué ha desaparecido la opción de "modificar" antes de publicar definitavamente?... Mira que os gusta poner las cosas complicadas, eh?.. ¿O no es cosa vuestra?

marienn -

La cosa judicial, y se me perdone mi profanidad en estos temas, creo que es por resultar inviable, jurídicamente, imposibilitar a cincuenta y tantos medios de prensa para captar, publicar, distribuir, difundir… imágenes suyas cuando acto seguido no hay otra que aceptar que lo hagan por ser medios de comunicación en actos públicos o protocolarios en los que ella estaría; por otra parte daría pie a los no denunciados a poder hacerlo en cualquier ocasión de estas (y por lo tanto “vendérselo” al resto, con lo que estamos en la misma situación de acoso mediático) pero supondría censurar a ciertos medios y no a otros, con lo que la anticonstitucionalidad es clara jurídicamente, insisto en el término. Ni idea de porqué se presentó así la demanda, quizá sea para llegar más lejos a un sitio de más relevancia con este asunto: ¡cosas de abogados!, y se lo tendrán que preparar muy, pero que muy bien, porque si no le darán calabazas de nuevo. También es cierto que la jueza podría haber puesto un poco más los codos y “mojarse” sentando un buen precedente en estos asuntos de manera más definitiva y afinando un poco más los difíciles límites entre intimidad, información, libertad, profesionalidad, deformación… Yo no entiendo que con la sentencia actual le hayan negado la existencia del acoso precisamente, aunque no haya conseguido lo que se pretendía: vivir en paz; pero no es lo que pidió, ni es lo que ha evitado, si no todo lo contrario. Ya lo han querido hacer otros antes sin ser “reales” por ninguna parte, aunque sí toreros, cantantes, inmobiliarios… y no siempre de forma muy ortodoxa, claro está, pero no por ello con menos razones arguméntales. Yo espero que lo consiga alguien “decente” alguna vez, sinceramente, aunque sólo sea por el bien del resto de humanos, tanto los susceptibles de convertirse en “telmas” como por la necesaria “rehabilitación” de los adictos a estas ¿noticias?, que no hacen más que reventar audiencias y consumir producto con más avidez de la provocada, y sin motivo aparente. A todas estas los “camellos” que proporcionan estas dosis aumentan su autoestima, y/o sus bolsillos, y se lavan las manos echando la culpa al “sistema”, o en cuento pueden al protagonista de… nada, porque cualquier situación cotidiana puede ser utilizada en su contra. Y mientras la brillantez personal de periodistas, protagonistas y consumidores, brilla por su ausencia. En cualquier caso, y fuera de discusiones de si lo merecen, lo provocan o lo deberían evitar o asumir, es evidente que hay acoso mediático, y a las pruebas me remito en algunos casos; hasta diría que persecución obsesiva del objetivo, enfermiza incluso, y a veces hasta linchamiento a base juicios morales ajenos a jurisprudencia alguna, más que darle vueltas a la noria sin más motivo que rellenar tiempo y espacio en beneficio de un supuesto consumidor muy disponible. Desde el punto de vista individual creo imposible reaccionar normal en estas circunstancias, porque vivir bajo la amenaza constante de un comentario o imagen improcedente, vinculados intencionalmente a intereses “comunicativos”, debe ser como estar las veinticuatro horas de kale borroka pero sin saber en qué bando juegas, con lo que acabas perdiendo la chaveta: ¿te defiendes o atacas?. El asunto legal seguirá su curso, supongo que adecuadamente, pero el moral ético personal… pues también, desgraciadamente, y creo que no es sólo justicia lo que se necesita para terminar con ésto de una vez, aunque no tenga ni pajolera idea de cómo acabar con ello: si me entero me limito al consabido “uff… cómo está el patio” refiriéndome a cualquier lado del recinto, por supuesto: periodistas, protagonistas, consumidores y noticiables, y paso página hasta nuevo aviso, si es que no es más de lo mismo… ¡JO!... ¿Me he pasado?... ¡Cómo me enrollo!... ¿No?.

ppilla -

Yo si eso el sueño lo monto luego, que seguro me lleva mucho tiempo y no son horas, vamos al lío... ¿esta señora realmente es alguien que se pueda englobar en el concepto de "publico"?, ¿no era su hermana?, me parece una pasada lo que le están haciendo, bien que nos enseñen las miserias de los que deciden entrar en ese juego por que sacan provecho, pero yo creo que esta familia tiene todo el derecho del mundo a vivir tranquila.
Otra cosa es el tema judicial, ahí me pierdo, estoy con ala en que en los juzgados hay cosas muchísimo más importantes que tratar, y cuando los entendidos dicen que un fallo a favor hubiera sido una censura previa al derecho de información pues flipo, eso sí, en colorines, como manda la ocasión...
¿No sería más útil darle un curso de reciclaje a nuestros intrépidos reporteros y a sus jefes?, digo esto porque lo hacer un boicot a la parte "rosa" de esta nuestra información forma parte de ese sueño que decía al principio que iba a montar más tarde.
Menos mal que mis hermanos ya tienen la vida resuelta...
Mil besitos.

AlaDelta_ -

A ver, me pongo en disposición de imaginar: me temo que no, que mi hermano no se casará casi con toda seguridad con ningun pariente de la Casa Real. Que ya me jode, porque posiblemente mi único problema en ese momento sería el de la falta de intimidad y posiblemente se me abrirían infinidad de puertas para otras cosas. Pero al márgen de todo eso, los *comemierdas* de la prensa rosa, nos dan eso, mierda que nosotros gustosamente compramos, tanto en la televisión (que si es pública pasa de ser penoso a ser lamentable), como en prensa hasta seria, si nos ponemos. Dónde empieza la libertad, dónde termina la intromisión a la intimidad? No lo sé. Yo acostumbro a no leer ni ver demasiadas noticias carroñeras, más que nada por mi salud mental, que ya de por sí es escasa. A mí personalmente Thelma o Louis, me la traen al pairo y máxime cuando la justicia está colapsada por cosas mucho más importantes. Que digo yo, que si no quiere intromisión, se vuelva a sus misiones.. allí seguro que no la conoce ni Dios.
Es una opinión, claro.
Besos a puñaos.