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TODO A PULMÓN

Semana de Pasión (I)

No recuerdo nada igual en mi vida. Ni una procesión de Lunes a Viernes Santo debido a la lluvia. Y las únicas que salieron, porque tuvieron suerte: dos el Domingo de Ramos por la tarde porque son novatas y se ve que les hace mucha ilusión (las otras dos que salen ese mismo día, más veteranas, decidieron no jugársela); la otra, la del “Resucitao”, porque sale a mediodía el Domingo de Resurrección (que a las 7 de la tarde estaba lloviendo igual).

Total, no sé ni por qué empiezo esta crónica semanasantera con estos datos cofradieros, si yo no soy ni he sido nunca un “capillita”. Será porque en el fondo, y pese a no estar siquiera en Jaén estos días, sí que me ha impresionado tanta suspensión. Me alegro por mi padre, mira, que a él sí que le gustan las procesiones y el pobre, ingresado en el hospital que sigue, no iba a poder ver ninguna. Pues ni él ni nadie, “a joerse tós”, que diría él.

Pero, como digo, a mí plim. Yo me he organizado mi particular semana de pasión (o al menos, fin de semana largo). Será que echo en falta el sufrimiento desde que no voy al campo (jejeje), o que ya me he olvidado del martirio de la subida al Santuario, el caso es que lo pensé sobre la marcha el mismo jueves por la mañana, mientras preparaba mi ropa y cosas que iba a llevarme al cortijo para todo el finde:

“Discos, hummm, a ver:  “Amazing Grace” (recopilación de todos los gospels que grabó Elvis), éste no puede faltar, muy propio para estas fechas; “Tapestry”, de Carole King, este disco es mi debilidad, hasta suena distinto cuando se oye junto a una chimenea con un buen libro entre las manos; haced la prueba si no me creéis; “Queen: Greatest Hits vols. I, II y III”, concesión a la doña, que seguro que luego protesta; “19 días y 500 noches” y “Dímelo en la calle”, de Joaquín Sabina, para “escuchar” algo de poesía”.

“Ahora la lectura: a ver, el primero en lista de espera es “La sombra del viento”, de Ruiz Zafón, pero no sé, lo veo muy “tocho” y la crítica de la doña no fue muy buena (la doña y yo solemos coincidir casi siempre en gustos literarios; afortunadamente no es en lo único, de momento). Siguiente en espera: “Brooklyn Folies”, de Paul Auster; oí una gran crítica en la radio y lo compré, pero lo he ojeado varias veces y no me inspira mucha confianza. Nada, tiene que ser algo ameno y poco sesudo, no tengo ganas de “calentármela” mucho estas vacaciones. A ver, a ver, tiene que haber algo por aquí. Hace siglos que no leo un libro y con la navidad y mi santo por medio, seguro que algo nuevo ha debido entrar en estas estanterías. ¡Premio! Éste puede valer: “Sabina en carne viva”, pseudo memorias del flaco. Creo que me lo regaló mi hermana esta navidad, uno de esos libros que ojeas las fotos cuando te lo regalan y lo aparcas en la estantería no dándole la menor oportunidad salvo casos de fuerza mayor. Vale, como opción literaria seguramente dejará mucho que desear, pero se trata de pasar el rato, y mi paisano el de Úbeda tiene una forma ácida y directa de contar las cosas que resulta amena, se esté o no de acuerdo con lo que dice. Y si fracaso en la elección, más a mano no puedo tener el fuego este finde, jejeje.”

“Bien, ¿qué más?: cámara de fotos, pilas recargables, kit de lentillas, gafas de ver y de sol, tabaco ...

-          ¡Un momento! –yo conmigo mismo- ... ¿Y si ...?

-          No, no, no, se trata de descansar y relajarse.

-          Venga hombre, ... ¡échale huevos!, la ocasión es fenomenal: solo, aislado, sin tiendas ni bares alrededor durante cuatro días seguidos y ... ¡sin tabaco!. Como empujón inicial para dejarlo la ocasión no puede ser mejor...

-          ¡Que no, que me conozco! ¿Qué necesidad tengo yo de semejante martirio?

-          ¿Que qué necesidad tengo? ¡Toda! Sé que lo tengo que dejar, tarde o temprano, este finde es ideal para intentarlo. Nadie que fume a tu alrededor, ni tentaciones de ningún tipo. ¡Vamos!

-          ¡Que no, joder! Que me va a dar el mono y me voy a poner de muy mala leche, e igual acabamos como en la película “El Resplandor”, yo persiguiendo hacha o cuchillo en mano (que tampoco me acuerdo muy bien) a la doña y las niñas con la olla totalmente ida y presa de la ira.

-          Piénsalo bien... ¡cuatro días! Sabes de sobra que lo peor son los tres primeros, son los más difíciles. ¡Fíjate qué ocasión! ¡Nada ni nadie alrededor que te lo recuerde!

-          Bueno, vale, pero con una condición: no me mentalizaré de que he dejado el tabaco, sino que estoy intentando dejarlo. Así, si fracaso, no me sentiré tan mal como en otras ocasiones.

Y de esta forma puse rumbo al cortijo dispuesto a empezar mis vacaciones de Semana Santa con mi familia, buena música, buena lectura y .... ¡sin tabaco!

(continuará)

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