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TODO A PULMÓN

¡Intoxicados!

 

¡Vaya por Dios! Ahora resulta que esta ciudad que me vio nacer y me ve morir cada día es de las cinco más tóxicas de España. Como lo leen. Lo dice, en su estudio "Calidad del aire en las ciudades españolas", el Observatorio Español de la Sostenibilidad. Y un servidor ensalzando hace unos cuantos artículos en esta misma página la brisa matinal con aroma a pino que disfrutamos cada mañana. Pues va a ser que no. Va a ser que el ayuntamiento nos tiene engañados y activa a esa hora un sofisticado e invisible sistema de ambientadores y ventiladores en la vía pública. Ilusos.

Pero vamos a ver, contrariado me hallo: ¿aquí no estamos rodeados por montañas y sierras y mares de olivos, y tenemos el mayor parque natural del país a tiro de piedra? ¿Cómo va a ser eso, señores observadores españoles de la sostenibilidad? Dicen ustedes en su sesudo estudio que la toxicidad del aire la producen la industria y los vehículos ... ¿Industria? ¿Qué industria? Si aquí la única fábrica medio decente que hay es la de galletas Cuétara, que contaminar no sé si contamina, pero no veas cómo jumela el aire a galleta recién hecha cuando pasas por allí, que te entra un hambre que pa qué. Aparte de las almazaras de aceite, yo más industria no he visto por aquí, que ya nos gustaría.

Aunque lo de los vehículos hay que reconocer que es otro cantar. Y ahora que lo pienso, pues hasta puede que lleven razón los observadores estos. Porque hay días que uno ve en la calle más coches que personas, y precisamente días laborables y a horas laborables, que uno se pregunta ¿dónde va tanta gente? ¿no deberían estar currando?. Y si encima caen cuatro gotas a primera hora de la mañana ya ni les cuento. Y no son esos coches que anuncian ahora "ecológicos", qué va. Aquí lo que impera es el todoterreno, que uno a veces piensa si no los regalarán en algún sitio. Y no para el campo, que es para lo que se supone que sirven. Aquí las señoras llevan a sus niños al cole en unos bicharracos que no caben por la calle, oiga, y luego se van al Pryca (que aunque le cambiaron el nombre aquí se le sigue llamando así; para un centro comercial que hay no lo vamos a andar rebautizando cada dos por tres) a hacer la compra y al regresar a casa es cuando viene la verdadera utilidad del nisanpatrol: aparcar montando las dos ruedas en la acera, en la misma puerta de casa, sin rozar los bajos con esos bordillos tan altos que con tan mala leche puso el ayuntamiento, que ya son ganas de molestar (las del ayuntamiento, claro). Y a los quisquillosos peatones que protestan porque no pueden caminar por la acera que les den, que van a ser cinco minutos, joer.

Así que apañados vamos. Respirar, lo justo, so pena de morir por sobredosis de toxinas. Menos mal que nos queda el aceite de oliva, que dicen que es muy sano y tiene propiedades benéficas para escribir una enciclopedia. A ver si tenemos suerte y compensamos una cosa con la otra.

2 comentarios

MESC -

ptm xevre cosa rr

'''pRiNcEsS''' -

este dibujo ta' xvre sigan así me ayudo muxo