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TODO A PULMÓN

Jálogüin

 

 

Me lo veía venir un año de estos, y ha tocado éste: ayer mis hijas me pidieron permiso para disfrazarse de vampiras en la fiesta de "Jálogüin", así, con esa "j" de Jaén que tan marcadamente pronunciamos aquí.

- ¿En la fiesta de qué?- contesté, sabiendo de sobra a qué se referían pero con la aviesa intención de ver si ellas lo sabían igualmente.

- De Jalogüin papá, ya sabes, disfraces de cosas de miedo y eso.

- Que yo sepa aquí sólo nos disfrazamos para carnaval, ¿es que lo han adelantado este año?".

Se miraron entre ellas incrédulas de que su padre no supiera lo que es Jálogüin y lo confundiera con el carnaval.

- No papá, es eso que sale en las películas, los niños vestidos de vampiro, de esqueleto, de diablo, que van por las casas asustando a la gente - ellas siempre se sienten importantes cuando son conscientes de que saben algo que su padre no sabe.

- ¡Ah!, en las pelis americanas queréis decir. ¿Y eso cuándo es?

- Pues el día 1 de noviembre.

- ¿Pero ése no es el día de Todos los Santos? ¿la víspera del día de los Difuntos?

- No sé - me contesta Claudia dubitativa, pero finalmente añade resuelta - es ... Jálogüin.

Entonces vinieron a mi mente los recuerdos de mi infancia en la noche de Difuntos: el don Juan Tenorio que inevitablemente se emitía año tras año en la tele en blanco y negro, las cenas en casa de mi abuela, con aquellas pequeñas mechas encendidas sobre aceite que aquí llamaban "palomicas" y las siniestras sombras que proyectaban sobre los rincones de la habitación a oscuras, mientras los mayores entonaban extrañas e ininteligibles oraciones y letanías por el alma de los difuntos en un tono anormalmente grave; por si no era de por sí bastante inquietante el ambiente, los primos mayores se dedicaban a asustarnos aún más a los de menor edad. Tradiciones que se han perdido en el devenir generacional, pero que en ese momento conté a mis hijas. Al terminar, naturalmente, ellas seguían considerando más divertida la tradición yanki.

- Bien, pues haremos una cosa - dije adoptando una de mis soluciones salomónicas -. Este año cada cual que celebre "Jálogüin" o la noche de Difuntos como quiera. Eso sí, el que opte por lo americano se queda sin probar los buñuelos, los huesos de santo, la batata con miel y las gachas de la abuela. En su lugar puede cenar hamburguesas o palomitas.

"Por la boca muere el pez", pensé, porque inmediatamente ambas empezaron a protestar. De nada les sirvió, porque hice un llamamiento a la coherencia. O redondo o cuadrado, o de Jaén o de Wisconsin, o buñuelos o hamburguesas. Así que por este año (les chiflan los dulces que hace mi madre) hemos ganado a las todopoderosas multinacionales, pero ya veremos en los venideros.

Ahora lo llaman globalización, pero esto de toda la vida ha sido imperialismo. Me cago en todos sus muertos, sus vampiros y su calabaza, nunca mejor dicho.

 

5 comentarios

ppilla -

... y no tenía premio picar el anzuelo?, unos buñuelos, quizás?... que me encantan, eso sí, vestida de vampira ni de coña, que soy capaz de soy capaz de tirar por tierra el mito de Halloween al primer vistazo. Feliz fin de semana a todos y más besos a repartir.

El menda -

De acuerdo, lo confieso, este post tenía trampa. Todos sabemos que al final mis hijas comerán buñuelos vestidas de vampiras, les bastará cualquier beso o caricia para que a su papi se le haga el culo pepsi-cola, como siempre. Lo que de verdad pretendía era forzar en los asíduos/-as la narración de los recuerdos de tan ínclita noche. Sólo Ppilla picó el anzuelo (gracias, de corazón). Los demás aún están a tiempo, jejeje.

marienn -

¡EH!.. que jálogüin es de origen celta... en serio... ¡venga!.. se ahorren buscarlo pinchando aquí:
http://www.rincondelvago.com/informacion/halloween/historia_de_halloween.html

ppilla -

Jaén 1- Madrid 0, mi madre no es buena repostera…, además decidimos que el enano estudiara en un colegio público puro y duro, no queríamos condicionarle en eso de la religión, pero nadie nos dijo que lo íbamos a hacer en todo lo demás, debe ser que aprender inglés implica que conozcas y hagas tuya una celebración como la de Jálogüin, amén de las graduaciones, San Valentín y otras leyendas cuyo nombre olvido fácilmente…
Esta tarde mi hijo va a una fiesta de tan “bonita” celebración al Club de Amigos que han montado dos de sus amigas, no estaba muy convencido, no en vano una de las fundadoras le ha hecho probar las amargas mieles del abandono hace pocos días, pero ha decidido que… ella se lo pierde ( vale, vale… lo ha decidido influenciado por mí), le he comprado una careta de un monstruo horrible y le he dicho que cuando llegue se la ponga y vaya a darle las gracias por la invitación a la mencionada, prometo que sólo con la intención de ir inculcándole aquello de los buenos modales, no vayáis a pensar mal…
Y pensar que los chorras de más allá del charco creen que han inventado algo nuevo…., si ellos hubieran pasado el Día de los Santos en mi pueblo, con las campanas tocando a difunto toda la noche, con el sonido de la “matraca” por las calles llenas de oscuridad y luego los cuentos delante de la lumbre…, siempre era un cuento relativo al tema y al final una persona mayor de vestía con harapos, se forraba los dientes de papel de plata y prendía fuego a un puñado de sal que echaba en una sartén, excuso deciros como nos sentíamos los pequeños, nunca he entendido muy bien el significado, menos mal que por entonces, ante la ignorancia de lo que hacían otros, no podía echar de menos las chucherías…
Feliz Jálogüin a todos. Mil besos. Ppilla.

marienn -

¡¡Éso es chantaje!!...¿Y no pueden ser las dos cosas?. A ver, mezclemos, y hagamos una tradición híbrida pero nueva, y sobre todo reconciliadora de imperios: poniendo palomicas vestidas de vampiras y rezando letanías a los difuntos mientras alguien mete miedo a los más pequeños reunidos para cenar las confituras de la abuela: cómo antaño, pero quitándole hierro. ¿No cuela?... ¡Cachis!...